Todos los cuentos son ficticios; la mierda, sumamente real.

Tuesday, December 12, 2006

Placeres Capitales: Avaricia.



Tito no recordaba cuando había sido la última vez que había deseado algo con tantas ganas. Por la puta, nada valía tanto. El hombre descanzaba con los pies sobre la mesa de su oficina en el barrio El Golf de Santiago. Tenía un puesto y una vida admirables: 34 años, gimnasio a diario, no hijos, no responsabilidades, cabello castaño, ojos matadores, una virilidad a prueba de balas y una chequera que parecía nunca acabarse. Resumiendo: A Tito no le hacía falta nada.

Todos los días Tito se levantaba temprano para partir con un poco de Jogging para terminar en el gimnasio haciendo un poco de cardiobasculares y luego unas cuantas pesas para mantenerse tonificado. Desde la mañana, sus ternos al salir de la ducha mataban a las damas, presagiando el ya trillado hito de nuestra epoca para una noche más: Sexo casual.
Tito partia luego al trabajo, hacia unos cuantos contactos, unos cuantos negocios. Sacaba un par de fotos. Mierda, esta nueva promotora está deliciosa, y tiene un rostro de imbecil que no se la puede... Debería aprobecharme... no, no aún, hay que darle más sabor. Tito seguía el día rodeado de belleza, de poder, de control sobre cada posible asunto. En su escritorio las ideas volaban. Los proximos spots o el siguiente team veraniego se escurrian de sus dedos directos al papel. Así de rapido. Tito no era ningun genio. Pero valla que sabia lo que hacía. Nada en la oficina ni en la vida de Tito escaseaba. Nada faltaba, nada le producia nostalgia ni envidia, ni necesidad.

Para Tito la vida era color de rosas, olor a tabaco y sabor a sudor. Simple, delicioso y sencillo.

Noviembre 23.

Tito se encontraba como era común los viernes luego de una semana de arduo trabajo, Tito partía al Club Cacatua para unos cuantos tragos y conseguir alguna compañia nocturna. Esa noche parecía dirigirse en el mismo caudal de todos los anteriores. Una a una lograba cerrar ojos, rozar manos, dejar a las damas mas hermosas del lugar goteando de la entrepierna con pensar una noche con él. Pero esa noche Tito quería a una sola. Se hallaba en la tercera mesa sentada en solitario, revisando papeles y hablando por telefono. Era una colorina hermosa, quizas metro setenta de estatura, ojos verdes intensos y un rostro que desconocía imperfecciones, majestuosamente adornado con un par de labios carnosos y un cuerpo que desearía cualquier actriz pornografica. Cuando sus miradas se cruzaron, Tito se hechó a reir para sus adentros. En verdad parecia el inicio de una pelicula pornografica.

Nos saltaremos lo obvio. Tito es un caballero, y un caballero no tiene memoria (pero para que lo sepan, Susana, la dama, era una verdadera artista en la cama).

Al día siguiente al levantarse Tito y ver que la dama se había retirado aún antes, se alegró de la extrañeza. Era bastante incomodo tener que hechar en las mañanas a las parejas, así que había sido un gusto. Salió a trotar como todos los días, y al volver notó un mensaje en su velador: "Saqué la tarifa, anoté mi numero en tu celular. Un placer hacer negocios contigo"... Tito miró extrañado y al revisar la billetera notó con algo de rabia que le faltaban 80 mil. Damn. No puedo haberme equivocado así... Jaja. Mejor. Tito lo pensó bien, y recordando la noche, había valido la pena.

El día continuó sin nada. Pero por más que las cosas no habían cambiado, algo de la mujer permanecia en su cuello. Un aroma, un roce, un que se yo lo tenía preocupado. Siempre había sido él quien tenia le control. Él que sabia que podia volver a llamar y tener a la mujer pendiente de él y de nadie más. Sus mujeres, mientras las tenía eran suyas y sólo suyas. La mujer con sus tacones rojos y vestido verde paseaba en su mente. Era muy cliché. Pero que dificil era para alguien que controla su vida no controlar algo. Tito no duró más de 3 días sin tener que volver al Club Cacatua. Necesitaba poseerla de nuevo. Tito llegó al pub y la encontró tal cual el día anterior, con la pose de ejectuvia trabajando, hermosa como la otra vez, sensual, llamativa pero silenciosa. Pero esta vez era distinto. Esta vez alguien la había hayado antes que él. Era un tipo miserable. Un poco musculoso, de cabello negro, quizas 40 años, un pelele. Quizas un ejecutivo buscando acción como él. Otro playboy. Pero en este juego, Tito no hiba a aceptar otros jugadores.

Tito siguió a la dama y a su escolta hasta un motel cercano con mucha cautela. Luego de haber visto como Susana cerraba la puerta con las manos del tipo acariciandole la espalda, Tito supo que no podía dejar eso así. Ella no tenía derecho a elegir. Era suya... Suya, solo suya. Como todo en su vida. Tito sacó su estuche para ocaciones especiales del auto y subió al cuarto en cuestión. No lograba ver nada por la ventana, así que puso oido en la puerta. Reconció de inmediato los susurros de placer de Susana, pero la voz y el cuerpo que los producian no eran suyos. Tito intentó aguantarse. Pero mientras los centimetros crecían entre su oido y la puerta, los gritos de Susana subían como la espuma. Estaba destinado a no dejar de oir en su cabeza sus gritos e imaginar su cuerpo desnudo bajo él nuevamente. Los gritos se acercaban al climax, y recreaba en su mente su propio climax con ella. Ahí no aguantó más. No podía dejar a otro imbecil irse con ella. Tito y su musculatura se avalanzaron sobre la puerta y la hecharon abajo con velocidad y certeza. La mujer y el hombre no alcanzaron a terminar de gritar cuando Tito abrió el bolsillo especial para estos momentos y sacando un revolver le abrió consecutivamente el pecho al bastardo ese. Susana pegó un grito y se descurrió en lagrimas mientras Tito se abalanzó sobre ella y la hizo suya con el cadaver del bastardo sin nombre a solo centimetros. La muejer no entendia nada. Tito le apretaba el rostro con dureza y sin soltar el arma con la otra mano. Eres mía mierda. No se te vuelva a ocurrir aparecerte con otro. Sólo mía. Mia, mia, mia. Tito la golpeó en el rostro y dejó unos cuantos billetes sobre ella pagando la cuota.

Tito tomo el auto para retirarse. Se encontraba más calmado. Nadie podía tener lo suyo. El hombre en su cuarto contaba los libros del velador, los billetes de la billetera. Las manchas de placer de su cama. ¿Como había algun imbecil capaz de meterse en su vida? Tito había trabajado mucho ya para no tener que compartir su felicidad con nadie. Y así seguiría siendo. Ni con el imbecil de su antiguo colega y amigo de infancia. Ni con Lucia, su novia de la universidad, ni con Empresas, ni alumnos, ni madres, hermanos, primos, hijos ni nada. Ni su exito, ni su vida, ni mucho menos sus putas. Así había sido siempre y así siempre hiba a hacer. Tito tenia su vida. Lo suyo. Y en esa vida, ni la hoja de un arbol podía caerse, a menos que Tito así lo quisiera. Porque esa hoja que cruzó su mirada... Esa hoja era suya. Suya y de nadie más.

28 comments:

Ale said...

Esta muy bueno mon.
Pero no siento suficiente avaricia.
Me encantó, te lo juro.
Pero no se...encuentro que es muy poco...no alcanza a dejarme un gusto de avaricia al leerlo.

Pero en fin, lo encuentro buenisimo!

Peace and Respecto mon!

Fran said...
This comment has been removed by the author.
Nacho ® said...

Comprendo mon.

En general la avaricia no es un pecado que me identifique, por eso intenté buscarle otro significado a lo mismo... Ni ahi con hacerlo sobre un tipo y billetes como es tipico.


Gracias por leer.

Saludos

PD: Porque borran las entradas??

Jaime Ceresa® said...

Wen cuento,
Pero más que avaricia, sentí que es defender lo propio.

Cuídate.-

Don Chere

Cabro Gamarra said...

Nacho:
Me has entretenido un rato.
Se agradece.
Buen juego de palabras.
Te felicito.
Saludos.

Anonymous said...

Hola Nacho, me gustó tu cuento, igual me calenté un poco...pero para qué lo matas, mejor le hubieses sugerido un menagge de trois.

Nacho ® said...

Gracias por leerlo a todos, que bueno que los haya entretenido.

Pamela: SI entraba en un menagge trois, no hubiera sido avaro ;)


Saludos

Perita said...

Lo lei :)
oie! me gusta como escribes =D
= quizas no se noto tanta avaricia en el cuento pero que importa si esta bueno :) ademas muestras otra vision, distinta a la que to2 esperan leer cuando se usa esa palabra.
besos =****
Perita

Nacho ® said...

Que bueno que le haya gustado dama.

Es la idea.

Nos leemos.

Carolina Amigo said...

Quiero más!! Por favor quiero más!! Lo avcumulo solo con el fin de satisfacer mi avaricia... El pecado capital imperdonable.. Lleva a la envidia, el odio, el asesinato! Por favor alejarlo de mi...
Como siempre brillante Nacho Felicidades!

Un beso!
Carolina

Carolina Amigo said...

Nacho lees Heidegger por casualidad?

Nacho ® said...

No lo leo... Eso significaría leerlo recurrentemente.

Pero si lo leí.
;)
Por dama?

Bird said...

Muy bueno el cuento!

felicitaciones y saludos...

Anonymous said...

cuentos de mierda, vaya
...

Carolina Amigo said...

POr que encontre rasgos Heideggerianos en el texto, no sé algo como la crítica del Humanismo, recuerdas aquella carta? O tal vez las catedras sobre Nietzsche... Me parecio..

SAludos
Carolina

Nacho ® said...

Sobre las catedras de Nietzche, si quizas algo hay, son de esas voces que uno nunca olvida.

Pero de la critica al humanismo recuerdo poco, asi que dudo que algo conciente de ello tenga el texto.

Carolina Amigo said...

Nacho.
La base de esa carta corresponde a que el Humanismo es un movimiento sin fundamento, ya que, deja como objetivo secundario la esencia humana. Ahora adivinas donde esta esa critica?

Saludos!
Carolina

Unknown said...

Notable esa historia me gusta, bastante fijate...
Tito deberia tomarse un ritalin quizás o algun calmante, prepotente el tipo...pero en fin, la honra masculina, para él, debe quedar intacta y era su deber, creo...

cuidate!

Kaitos said...

Me encanta leer acerca de los pecados... no sé porqué!!! Tendré que pensarlo seriamente...

En este caso, ya no puedo distinguir entre mi deseo por el tema o por tu forma de escribir..

Sea lo que sea, me llama a leerte aún cuando tengo que estudiar Mejoramiento Genético...

En fin, abrazo de puerto a puerto.

Nacho ® said...

Gracias por sus visitas... apenas tenga tiempo lanzaré el siguiente que es uno de mis favoritos:

Ira.


Saludos

Roberto Iglesias said...

Que notable cuento, pa variar me teniay sin pestañar leyendo...me diste un buen tema para escribir...

la avaricia es algo tan arraigado en muchos seres...es como parte de su anatomia...lo extirpas y puede que queden liciados.

un abrazo y trata de conectarte a msn, quiero comentarte de algo y requiero saber si cuento contigo...

un abrazo ¡

Laura García said...

Excelente cuento y excelente blog!!!
Gracias por tu comentario en la entrevista que Fernando me hizo para Achib, aunque no merezco tanto. Nos estamos leyendo.

Saludos,

Laura.

Nacho ® said...

Gracias por la visita.


Saludos por montones.

Astilla en el culo! said...

wena washo, filete el cuentito de mierda men.
tito culiao brigio. igual seria interesante meterce con una de sus putas, así con un dejo valentia?

saludos hermano, estamos al habla, adios!

Carolina Amigo said...

Pues me aburro con la avaricia vamos a algo bueno como la envidia o la ira!!! Que será genial discutir.. Quiero otro pecado!

Saludos!
Carolina

M said...

Cuando leí el título placeres capitales, mi cerebro lo confundió con PECADOS capitales, es que uno se ha acostumbrado a leer siempre eso. Placeres capitales… como que se tiende a asociar el placer con pecado, mas aun, con placeres capitales yo concebí una especie de pecado, uno muy grande. Pero me preguntaba ¿Cuál podría ser un placer capital, desde esa perspectiva, el placer?
Tito lo respondió. Aún así sigo pensando sobre la magnitud de la avaricia como PLACER capital. Muy buen cuento de mierda. Luego nos leemos.

BullHorse said...

Entre placeres-pecados y olvidos capitales te dejo un beso, te agradezco la invitacion que será aceptada en tu espacio de neopoetas y te deseo que en estas fechas que para cada quien etienen un norte, de tods formas encuentres paz, belleza y creatividad a raudales.

Unknown said...

Tengo un blog sobre los siete pecados capitales, te voy a enlazar en mi ultimo post sobre avaricia.
Saludos

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