Placeres Capitales: Orgullo

Recuerdo esa noche. Habíamos planeado salir con unos contertulios a divertirnos. El esparcimiento no era algo que me diera el lujo de hacer, así que esperaba esa noche con ansias. Me habían encargado conseguir los papelillos, pero luego de una rencilla con las lecturas del pulento decidí que podíamos fumarnos Las Bodas de Canaan. Total: si Jesús había vuelto el agua en vino, yo podía volver su palabra un pito. En fin. Llevé algunos versículos cortaditos ya a la perfección para envolver la noche y luego de habernos reunido, caldeamos emociones en la calma de la hierba. Dentro del momento divagamos bastante: Que la vida es una mugre, que la sociedad esto, que la masa aquello. Todas esas cosas que cuando uno se ha letrado lo suficiente son claras para la vida. En esos momentos era más claro en mis pensamientos y era fácil sacar una conclusión a todo lo que me molestaba: Me hacia rabiar la ineptitud.
Era claro. Tenía miles de recuerdos en los cuales la ineptitud me había hecho hervir la sangre. Recordaba a mis “brillantes” alumnos intentando decirme que el plano cartesiano era erróneo. Recordaba a esas niñitas rubias de 1º medio que no podían entender el teorema de Pitágoras. Cretinos enanos, no parecen más que duendes, no le han ganado a nadie y andan por ahí despilfarrando billetes y creyéndose los reyes del mundo. Me repugna su orgullo ciego. Pero un recuerdo, que pensé se había desvanecido, cubrió mi mente esa noche... ¿Qué sería de ella?
Cuando hablaba de ella, me refería a una dama que fue parte de mi vida. Una novia más como tantas otras que tuve pero que de una u otra manera en un corto tiempo marcó un antes y un después. Recuerdo que ella era una silueta. Un traspié onírico en una vida de tormentosas pesadillas. Era un descanso en el temblor. Recuerdo que de un día a otro ella decidió que debía sacar su lengua de mi boca y yo mi mano de su falda. Fue un día como cualquier otro. Pero lo que me sorprendió y creo que cambio las cosas fue su razonamiento. Ella había sabido hundirse en el fango con clase y luego miraba todo desde ahí, con los ojos embarrados. Desde ahí un agujero negro se cultivó en su pecho y se comió todo. Incluso mi corazón. Fue una tragedia epopéyica. Pero en fin, todo lo malo algo bueno lleva y gracias a ella aprendí a separar amor de pasión. La ecuación se hacía mucho más clara si sacabas el amor del lugar. De hecho, habiendo sacado el amor del estratagema tuvimos un par de encuentros fogosos y esporádicos en la vida, pero de un día para otro no supe más de ella... Y no me importó. O eso pensaba.
Pero esa noche, el efecto de la marihuana me hizo querer saber de ella. Tenía unas ganas locas de saber que era de su vida. Me picaba el alma. Necesitaba saber si en verdad 2+2 eran cuatro en este caso. Así que me despedí de los otros docentes, me subí al auto y prendí el buscador del auto. “Busca a Macarena Garrido” La voz sensual que tenía programada en mi buscador me pidió que me relajara y el buscador halló pronto su dirección. Puse el piloto automático y partí en esa dirección pensando, echado en el asiento. ¿Qué le iba a decir? ¿Después de tantos años que podía decirle? Quizás ya no me provocaría nada. Probablemente su sedentarismo le habría pasado la cuenta. Tendría unos kilotes de más, muchas arrugas cubriendo su sonrisa y unos cuantos mocosos detestables viviendo con ella. No sabía para que iba. Pero necesitaba ir.
Recorrí Santiago y llegué finalmente a un barrio residencial como muchos otros. No muy lujoso ni muy ridículo, en las afueras de la antigua Las Condes. Detuve el auto y seguía preguntándome que mierda iba a hacer ahí. Ella ya no me correspondía ni yo a ella. Ni pensaba ir a verla para sacarla de su vida como un héroe medieval y llevarla al paraíso. Sólo... Sólo quería saber que había sido de ella.
Toqué la puerta esperando a alguna fea y gorda anciana abrir. Pero ahí estaba ella. Tan radiante como siempre. Cabello negro y los ojos casi tan oscuros como su corazón. Claro que era ella, de hecho seguía siendo hermosa y de sólo verla se me erizaron los pelos. Al tenerla en frente no supe que decir. Intentaba pensar cual sería una buena frase del tipo “hey, quizás no lo recuerdes, pero hace 20 años fuimos novios”, pero ella abrió la conversación cuando su rostro pareció descomponerse en una sola palabra: “¿Arturo?”. Créanme, nunca me había sentido tan bien de oír mi nombre.
Me invitó a pasar y vi que su casa era como la había imaginado. Sencilla, acogedora, elegante a la vez y con hartos juguetes dando vueltas. Noté en el hall principal fotos de ellas con quien supongo que era su marido y 2 pequeños que los adjudico como hijos. No fue un golpe ver eso, pero de todas maneras tenía la pequeña esperanza de... bueno, ustedes saben. Comenzamos a hablar de la vida, me presentó a su hijo mayor, Antonio de 16 años, y al otro no porque se encontraba durmiendo. Hablamos horas, cordialmente, pero siempre a la defensiva, esperando cada uno un ataque violento del otro, como si reconociéramos malas intenciones. De pronto cuando le pregunté si era feliz (frase que claramente vomité sin pensar), su rostro pareció hundirse por unos instantes y luego resurgió del mar para entregarme un convencido si. Si, soy muy feliz, tengo un gran esposo y hermosos hijos, así como una buena oficina en donde puedo trabajar en paz...blablabla... No pude creerle nada. Le miraba los ojos, y notaba el mismo vacío silencioso de 20 años atrás. Algo no andaba bien. Debí preguntarlo con dulzura, pero al verla responder mis instintos reaccionaron y me levanté campante para enjuiciarla como en los viejos tiempos: “No, no eres feliz”. Ahí su rostro cambió, no se si habrá sido porque descubrí su fachada o porque se sentía ofendida, pero la conversación se puso seria, airada, furiosa... Nuestros orgullos chocaban en el aire rompiendo muros y coberturas. Que como era yo capaz de llegar ahora y decirle que no era feliz, que quien me creía, que como osaba interrumpir su vida, que que sabia yo de felicidad.... El ataque fue certero y al punto así que opté por tomar mis cosas y dirigirme a la salida. Pero de pronto tuve la necesidad de tener la última palabra:
-Si fueras feliz estarías conmigo. (Si, eso también lo vomité sin pensarlo)
Ella me miró con un rostro burlesco y sobresaltado, como el de cualquier persona a la que le dicen bájate los pantalones porque te meteré un extintor. Se rió en mi cara. “¿Que te crees por Dios? ¿El mejor hombre del mundo quizás? ¿Un espécimen perfecto? No seas imbecil. No sólo puedo ser feliz contigo tarado.” La miré un par de segundos. Mi confianza había vuelto, la había visto mirar a cualquier lado menos a mi cara cuando dijo eso y comprendía sus gestos.
-Me malentendiste... No digo que hubieras sido feliz conmigo. Digo que si fueras feliz, habrías vuelto conmigo.
Al decir eso su rostro pareció desarmarse. Quizas había entendido lo que quería decirle, quizas no. Pero eso no era de mi incumbencia. Creo que el día que ella muera moriré yo, pero lo que suceda de su vida a mi no debe importarme ni un rábano. Ella se negó al mundo. No yo. Ella podría buscar la felicidad con cualquier hombre que quise, a mi me daba igual. PERO ME DOLÍA EL ALMA QUE QUIZAS NO ME HUBIERA ENTENDIDO. Que quizás no hubiera entendido lo que quería decirle. La felicidad no estaba en encontrar a la persona adecuada, sino que la persona adecuada se encontraba cuando uno ya era feliz. Eso quería explicarle, le hubiera arreglado la vida. Pero su vida ya no era de mi incumbencia. Su tristeza no me tocaba. Era otra más. Otra más de la masa imbécil que daba vueltas de un lugar a otro creyéndose dueños de la verdad. Creyendo que lo que decidieron siempre fue lo correcto. Creyendo que sabían lo mejor para ellos mismos.
En fin, cosa de ellos. Nunca aceptara, ni ella ni nadie, que el único que tiene la razón en la puta vida no es Dios, ni sus conciencias afectadas, ni su mirada limitada. El único con la verdad soy yo.
Punto final.
Comments
io lo lei antes que todos =P jejeje
en vdd me gusto muxo xq me mostro el orgullo desde otro punto d vista q no lo solia ver normalmente, ade+ mi presencia en al historia cn los hijos y to2 aunq t falto poner q tu a esas alturas eres un actor y animador famoso de tv, jeje.
cada vez me gusta mas como escribes, besitos =****
En fin, que bueno que le haya gustado.
Un besote enorme
Hay que sentir orgullo en pequeñas dosis... las sobredosis son peligrosas, te alejan de los que te rodean... y si no tenés nada, la gente se aprovecha demasiado...
Abrazo
y ya estaba trabajando como abogado yo venia del jardin con mi hijo y el dijo y pensar que si no hubieses terminado conmigo ese hijo seria mio y estariamoscasados y no tendrias que esperar q que el padre de tu hijo pague la pension
y yoooo grrrrrr mira no es por ser racista pero no eras candidato para mi decendencia grrr me dio rabia jajajya besos nacho lacho
Gentzane: Jajaja, así es la vida, tiene muchisimos "Que hubiera pasado si..."
Saludos
me encantó man!
=)
Después te preguntó si la cara que me imagine de la mujer de tu cuento, es la correcta o no =D,
Peace and Respect mon!
La mano en la falda,los pies en la almohada. Juro no mirar atrás, no mirar para ver erizar mis muslos... No mirar por mi orgullo.
En este instante siento realmente que es un placer estar escribiendote... Estar aquí!! Realmente me he deleitado con este lugar...
Un beso!!
Carolina
Carolina: Me prende de sobremanera que te haya gustado el texto.
Si no sólo mostró imagenes racionales, sino que tambien invocó sentimientos, entonces mi trabajo está bien hecho.
GRacias por hacerlo notar.
Cuídate.-
EL pitito dama? La verdad es que me dejó bastante bien, rodillas blandas, risa ligera, cuento viejo.
Saludos
verdaderamente bueno
cada vez me agrada mas leertee...
cada vez hay ams ansias de que vuelvas a escrbir!!
felicitaciones!
y un besotee
muy bueno en verdaad....
besitos y exitoo
adiooos!(K)
PD: Anda a dormir!! No dormimos nada!!!
Saludos
En realidad escribo lo que me dicte mi mente, mis dedos son los esclavos de mi placer...
Has llegado, es por eso que te leo, sino jamas lo hubiera hecho... Aunque es dificil no encontrarme contigo en mis aventuras de blog..
Saludos!
Carolina
Fans desde hoy de este lugar también.
Besos
Da gusto saber que lo que escribo llega, así dan ganas de seguir adelante escribiendo mucho más.
Bienvenida a mi blog.
Mañana se viene un nuevo placer capital!!
saludos de una lectora de mierda
Espero sigas leyendo estas mierdas.
Y Lulus... ya dije ke aportaria con un par de calcetas ;)
Saludos
Si puedes ayudar con dulces genial!! tendremos un lugar donde los vamos a recibir asi que tu nos avisas y te enviamos por mail la dirección vale??
Gracias!!
Ehhh veo que me has agregado a los favoritos... Se agradece,aunque nosé por que lo has hecho?
Saludos!
Carolina
Saludos
Bueno un beso.
Carolina
Alfonsina (...Cicuta O Maleza?...)
El orgullo es un placer sumamente complejo... es dificil saber en que momento nos ha soltado, porque si lo creemos así... simplemente caimos nuevamente en él
Ese es el juego de la verdad y el orgullo.
Saludo dama.
Que bueno que haya reido.
Gracias por visitarme, seguiré recorriendo este lugar.
Besos
Seguiré visitandola igual.
eso dolió...
Un final con superbronca. Me encantó.
Saludos!
El orgullo diría que es mi pecado capital. "SIEMPRE tengo la razón, NUNCA me retracto, no eres NADIE para decirme qué está bien y qué está mal..." mezclado con soberbia, lo sé.
Pero si nos pusiéramos a reflexionar acerca de todos los "what if..." de la vida, quizás nos arrepentiríamos de más de la mitad de las cosas que hemos hecho.
Espectacular el cuento, a medida que lo leí imaginé todo, las calles de noche, el departamento a media luz, las impresiones... me gustó :)
besos!
Divagas demasiaaaaaaado, creo que lo primero que debieras ver es dónde parte la historia, por dónde debiera pasar (lo trascendental, la columna del cuento) y dónde llega. Luego que tengas claro eso recorta todo lo que sobre, que es bastante.
No le digas al lector lo que pasa y porqué pasa. Narra los hechos, que el lector se alimente de tales hechos y arme su propia historia, su propia explicación de las cosas. Da señales, muestra la pierna, pero no te bajes los calzoncillos. Insinúa.
Cuando vas diciendo todo lo que sucede, creyendo que el lector no entiende y no piensa (hay lectores así, pero no debieras apuntar a ellos), no le das sorpresa, no le das giros, no enriqueces la lectura. Es algo tan burdo como escribir una historia policial, donde se supone es un misterio quien comete el crimen y titularla: EL MAYORDOMO ASESINO.
Eso quise decir Nacho.
PD: bueno, si quieres intenta con armar la estructura de un relato en puntos seguidos, Sólo hechos.
No sé: "Un hombre despierta en el desierto. Junto a él un paracaídas. A 100 metros su ropa. Observa el horizonte..." ¿Entiendes? Una vez que sabes lo que pasa, la redctas y la adornas, etc. Pero sin abusar.
Herrera: Tienes mucha razon, me lo han dicho bastante y estoy intentando mejorar eso... explico mucho, debo mostrar mas.
Lo tendré en cuenta para el proximo texto
Maracos resentidos noma
Sigue Nacho con lo tuyo!! Aca se te sigue leyendo
besos =***
Sigue escribiendo así.
Saludos!!
pd: me gustó el final como dijo alguien por allá arriba. Bien enojado. Jajaja.
Y estoy notando mientras releo que tienen razón, intentaré no cometer ese error en el cuento de hoy.
NUEVAS ENTRADAS EN ESTE BLOG DE MIERDA, QUE HABLA DEL VIEJO DE MIERDA.
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